Caracterización de la propuesta
Las políticas económicas desplegadas por el nuevo gobierno en estos primeros meses de gestión, tendientes al ajuste y al achicamiento del Estado, han impactado directa e indirectamente tanto en las políticas públicas como en contingentes cada vez mayores de trabajadores del sector público tanto nacional como de otras jurisdicciones, provinciales y municipales.
El desempleo, que pone en juego la satisfacción de las necesidades básicas de la vida para los despedidos y sus familias, ya es una realidad para muchos y una posibilidad cierta para muchos más. Para ellos, el presente se ha vuelto oscuro y el futuro amenazante.
El discurso oficial - reproducido al infinito por los medios masivos - que propicia la estigmatización personal y moral del despedido y su exposición a la repulsa pública, tiene un claro objetivo: generar su aislamiento, cortar las redes solidarias, colocarlo como único responsable de estar en una situación de la que, en última instancia, sería merecedor. No puede dudarse de que el disciplinamiento social es el fin último de tal estrategia, en tanto tiende a desalentar la capacidad de articular acciones colectivas de resistencia y avance.
Ante eventos de tales características, las respuestas subjetivas pueden ser muy variadas.
Es posible que tanto la persona despedida como sus familiares, amigos y compañeros de trabajo tiendan a replegarse; es posible que muchos intenten darle un sentido a esa nueva coyuntura vital buscando salidas más o menos eficaces a su situación; otros tratarán de conjurar la amenaza alejándola de sí en base al “algo habrán hecho”. Muchos recurrirán a la riquísima tradición de resistencia que vive tanto en las organizaciones gremiales, políticas y sociales como en la memoria colectiva. Habrá muchas respuestas particulares para un asunto que responde a una dinámica política y social que las engloba. La búsqueda de una respuesta global es el desafío propio de la política.
Pero… ¿hay un desafío que nos interpele en nuestro quehacer específico a quienes trabajamos en el campo de la Salud mental?
Quienes nos juntamos a pensar esta propuesta creemos que sí. Creemos que se hace absolutamente necesario propiciar espacios de encuentro y escucha que ayuden a resignificar esta situación penosa restituyendo la condición común y la dimensión política del padecimiento individual, facilitando la recomposición de los lazos sociales, única forma de resistir al embate desintegrador del despotismo, fortaleciendo de este modo las estrategias que permitan la defensa del trabajo como un derecho esencial.
Pensamos en espacios de reflexión y escucha de lo singular, articulados a otros dispositivos organizativos y de resistencia, en los que a través de la palabra circule el malestar que, de no encontrar donde ser alojado, puede retornar en forma de síntoma físico o psíquico, deteriorando aún más una situación ya suficientemente lesiva que tanto el individuo como los grupos en los que se inserta, atraviesan en los momentos que estamos viviendo.
Convocamos a todos los trabajadores del campo de salud mental que compartan estos objetivos, a que comencemos a delinear las formas con que nuestros saberes y experiencias puedan acudir a la cita con los desafíos de este tiempo decisivo.
Ya sea a través de los servicios de salud, los colegios, las universidades, las agremiaciones u otros colectivos o aún a título personal, se irán generando las formas singulares que cada espacio requiera. El intercambio entre todos quienes se sumen a esta iniciativa irá haciendo posible el continuo enriquecimiento de la experiencia.
Estamos pensando el mejor modo para facilitar estos intercambios. En principio los invitamos a volcar sus datos en el siguiente formulario:
https://docs.google.com/forms/d/1OQItXXiL4F1HlkR7fbYK23tV14lEZKldwcVALg 324gw/viewform
Una vez que encontremos la forma de comunicación más adecuada, los contactaremos.
Muchas gracias.
RED NACIONAL DE SALUD MENTAL COMUNITARIA Y DERECHOS HUMANOS
www.redsaludmental.org.ar